Nuevos desafíos para América Latina y China en la postpandemia
Por Kung Zhang
Tan pronto como comenzaron a presentarse las diferentes vacunas para combatir la covid-19 –podría incluso decirse que sucedió en tiempo récord–se suscitaron diversas críticas y especulaciones dirigidas tanto a la Sputnik V proveniente de Rusia como a las correspondientes a China, Sinopharm y Sinovac, y a las propias vacunas europeas, particularmente la alemana de BioNtech, en asociación con la compañía estadounidense Pfizer. Tal es así que el pasado mes el diario francés Le Monde informó sobre la filtración de documentos confidenciales de la Agencia Europea de Medicamentos de finales de año –dentro de los cuales se hallan correos electrónicos –donde se detallan las formas en que fue evaluada y finalmente aprobada la vacuna Pfizer-BioNtech. Estos archivos reflejan las discrepancias y debates entre la Unión Europea y la Agencia Europea de Medicamentos previo a la aprobación de la mencionada vacuna, dejando entrever un accionar político que según la información expuesta, generó cierta incertidumbre sobre la calidad de la vacuna. La divulgación de estas informaciones habría sido atribuida a hackers rusos.
La situación en China está mejorando. Durante el invierno se registraron más de 1000 casos nuevos en el país. Es decir, desde diciembre, se distribuyen de esta manera: un brote está ubicado en el norte de China en la zona de “las tres provincias de Nordeste” (Dong San Sheng), en parte causado por el frío riguroso en esta zona y por la comunicación entre China y Rusia, y el segundo foco de contagio comunitario se concentra en la Provincia de Hebei a partir de productos importados contaminados. Como medidas de control se implementó una cuarentena en dichas provincias y al mismo tiempo, aprobó las vacunas para esta lucha. Hasta el momento, las dos vacunas aprobadas son de los laboratorios Sinopharm y Sinovac. Hasta el 12 del febrero, China ha ofrecido apoyo de vacuna a más que 55 países y exportándola a 23, incluyendo Bolivia, Brasil, Chile y Perú.
Aunque no se comunicó de manera oficial la cantidad de vacunas exportadas, se sabe que dentro del país hay más que 24 millones de dosis que han sido suministradas hasta el 11 de febrero. El plan del gobierno chino es que desde febrero, se comience a vacunar a la población de riesgo alto y a partir de abril, al resto de la población china de manera gratuita. Hasta hoy, no se ha anunciado de manera oficial sobre la vacunación a los extranjeros que viven en China, sin embargo, en algunas empresas multinacionales, los empleados extranjeros ya han sido vacunados. Algunos expertos destacan que es muy probable que los extranjeros en China también serán vacunados a partir de abril pagando una tarifa.
Como profesora universitaria, interactúo a diario con numerosos estudiantes en el campus, por lo tanto soy considerada como dentro del grupo de alto riesgo. El año pasado nos comunicaron que en enero podríamos elegir si queríamos ser vacunado o no. La mitad de los colegas eligieron vacunarse, pensando también en la posibilidad de participar de las conferencias académicas, tanto en el país como en el exterior. Quienes eligieron no vacunarse argumentaron que no tienen necesidad de viajar por trabajo o les preocupaba una reacción adversa de la vacuna, por lo que postergaron la decisión. Otra de las razones a considerar es que la ciudad de Shanghai presenta pocos casos en los últimos meses, en su mayoría importados.
Desde octubre a febrero, se registraron menos de veinte casos nuevos de transmisión comunitaria en el centro económico de China que cuenta con 25 millones habitantes. Por un lado, el método de control en Shanghai es uno de los más avanzados que en otros lugares de China. Las personas de alto riesgo (quienes trabajan en hospitales, aduanas, puertos y aeropuertos) son testeados con regularidad, lo que facilita al gobierno en la detección de casos sospechosos con mucha velocidad. Cuando esto sucede, los expertos contactan a todos los contactos cercanos de los contagiados para examinarlos y ponerlos en cuarentena durante 14 días. Este proceso generalmente lo realiza la municipalidad en un día, lo que corta la posibilidad del contagio con eficacia y velocidad sin impacta en la cotidianeidad de la sociedad.
En cuanto a la situación en las relaciones entre América Latina y China, el daño económico generado por la cuarentena y los cierres de frontera y la escasez de vacuna son los puntos vulnerables. Tanto las negociaciones como las visitas han sido suspendidas y aunque las exportaciones e importaciones continúan, la situación de la pandemia en América Latina ha impactado sobre los vínculos, las comunicaciones y los negocios en China. La cereza importada desde Chile es un ejemplo típico, la estrella de las frutas que se vendía a 30 dólares el kilo durante el Año Nuevo Chino, ahora cuesta 10 dólares ya que según las noticias fueron detectadas positivas de Covid 19. Lo que generó que bajara el precio y las ganancias.
Según distintas fuentes, pese a que en un principio se había hablado que China podría producir veinte millones de dosis por mes, actualmente se estima que en Junio podría alcanzarse los cien millones aproximadamente. La proyección es que en el 2021, China podría producir dos mil millones de dosis de Sinopharm y Sinovac en total. Si otras vacunas se aprobaran, la cantidad podría alcanzar los tres mil millones. Además de la producción, cada vez hay más vacunas que llegan a los países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Colombia, entre otros, que han firmado convenios con China, donde algunos ya han recibido dosis. Los otros países y laboratorios también van a multiplicar la cantidad, lo que también va a aliviar la difícil situación sanitaria en América Latina. Las negociaciones son difíciles, porque cada país busca satisfacer su propia urgencia y la vacuna se observa como un producto con sentido político y geográfico. Pero los procesos de negociación continuarán hasta que todos los países superen a la pandemia, ya que ningún país podría evitar el riesgo de recontagiarse.
Por eso, para eliminar el virus cuanto antes, además de la compra de vacuna, China y América Latina también podrían cooperar a través de otros modelos, como la producción local de vacunas, para que crezca la cantidad y mejore la logística. Esto permitiría, a través de convenios de cooperación, profundizar las colaboraciones en materia de investigación y educación, fortaleciendo el intercambio de profesores y estudiantes, porque la pandemia terminará, pero la cooperación Sino-América Latina recién comienza.
Investigador, Universidad de Shanghai.
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